La salsa de soja es un potenciador natural del sabor. Fácil de digerir, es rica en sodio y tiene un alto contenido de sal, lo que estimula el apetito.
Podemos utilizar la salsa de soja como sustituto de la sal para aderezar algunos platos, aunque, al igual que ocurre con ésta, es necesario consumirla con moderación para prevenir problemas de salud, como la hipertensión arterial.
Podemos mezclar la salsa con un ajo machacado y jengibre fresco. Para utilizarlo en pechugas de pollo, carne picada, o salmón. Lo tapamos con film y lo dejamos enfriando durante una hora. Posteriormente, lo cocinamos en una sartén o al horno y disfrutaremos de un sabor mucho más intenso.
Podemos particularizar este aderezo con otros ingredientes, como jengibre, miel, mostaza o semillas de sésamo.
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(videos origen kikkoman japonesa)